¿Qué busca en el supermercado el cliente preocupado por la salud?
Los consumidores actuales tienen prisa. No tienen tiempo de vagar sin rumbo, desean acceder de inmediato al producto que buscan. Además, la generación de clientes actual está más preocupada por la salud que nunca. Esto los impulsa a buscar los productos que se ajusten a su estilo de vida saludable.
Según una exhaustiva encuesta a consumidores, The Fruit Logistica Trend Report 2019, los clientes preocupados por la salud tienen tres necesidades críticas:
Tengamos en cuenta, por ejemplo, el caso de las zanahorias, guisantes y brócoli frescos precortados. Todos ellos son productos saludables y apetitosos que están listos para echar a la sartén. Pero al cliente que le preocupa la salud también quiere saber de dónde proceden exactamente las verduras, para poder asegurarse de que se han producido de forma sostenible.
Los expositores más atractivos de productos frescos se han diseñado no solo para llamar la atención de los consumidores, sino también para despertar reacciones emocionales. Un desafío común para las tiendas es conseguir un equilibrio entre crear expositores atractivos y minimizar el desperdicio de alimentos.
Los envases de plástico contribuyen a preservar los productos frescos, pero también pueden ser molestos a la vista y afectar negativamente al medio ambiente. El supermercado Albert Heijn ha resuelto los inconvenientes de los envases de plástico sustituyéndolos por "nebulización en seco", un método que utilizan ahora en más de 150 de sus establecimientos. Con una fina pulverización de agua, la neblina seca puede prolongar el período de conservación de los productos frescos, desde plátanos a pimientos y zanahorias.
La tecnología FRESH-DEMO, que cuenta con financiación de la UE, es otra iniciativa sostenible que está contribuyendo a transformar la forma en que se transportan los productos frescos. Un ensayo en España enfrió las fresas a 2-4 °C directamente después de su recogida, antes de tratarlas con un extracto natural de naranja y embalarlas en furgones que disponen de tecnología de humidificación.
Tras un período de aclimatación de 90 minutos para evitar la condensación, las fresas se colocaron en expositores en los supermercados con un rociado de neblina seca. Los resultados de las pruebas indican que las fresas que se transportaron de esta manera tienen un color rojo más intenso y sépalos más verdes, incluso tras 11 días en el almacén, este proceso innovador podría suponer una evolución hacia prácticas más sostenibles.
Signify encargó un estudio a la Universidad de Lovaina para investigar la función que desempeñan las preferencias y la memoria del color de los clientes en su percepción de los alimentos frescos.
El estudio mostró que la saturación de color de productos frescos es importante. Sorprendentemente, las personas recuerdan las tonalidades de los alimentos frescos como más saturadas de lo que son realmente y el color que prefieren es más saturado aún: se trata, en realidad, de una versión mejorada de sus recuerdos. Esto concuerda con estudios anteriores realizados en otros tipos de alimentos frescos en la Universidad Católica de Lovaina y con el estudio de 2012 realizado por el Independent Retail Institute en Colonia (Alemania).
El argumento a favor de la agricultura vertical local en interiores es convincente y tiene la capacidad de cambiar a mejor la manera que tienen los supermercados locales de abastecerse. La producción agrícola tradicional con demasiada frecuencia utiliza fertilizantes químicos y pesticidas y las granjas suelen estar a cientos de kilómetros de los supermercados a los que atienden, lo que añade emisiones de carbono a la cadena logística. Incluso los métodos de refrigeración utilizados para conservar los alimentos frescos durante el transporte generan una gran cantidad de CO₂.
La agricultura vertical en interior combina la iluminación adecuada y la mejor nutrición con niveles controlados de agua, ofreciendo una forma eficiente y sostenible de producir alimentos frescos.
La producción de frutas y verduras de esta forma no reduce la calidad. De hecho, la luz adecuada durante el crecimiento permite optimizar la calidad, mejorar el sabor, prolongar el período de conservación y preservar el color del alimento fresco. Las recetas de luz incluso se pueden adaptar para mejorar la textura, contribuyendo, por ejemplo, a que las lechugas sean más crujientes. Los productos también se pueden cultivar en función de la demanda, lo que supone un menor desperdicio de comida y energía.
Por ejemplo, las patatas se almacenan mejor en la oscuridad pero, obviamente, en un supermercado eso no es posible. Programando la iluminación, es posible limitar su exposición a la luz fuera del horario de apertura. Se puede hacer lo contrario con las hierbas frescas, configurando la iluminación para mantenerla encendida después del horario de apertura, lo que permite preservar su calidad y frescura. El mundo del comercio minorista está evolucionando más rápido que nunca y los productos frescos no son una excepción.
Aunque no sabemos lo que nos espera, sabemos que el consumidor preocupado por la salud ha llegado para quedarse. El 85 % de los clientes actuales procura mejorar su dieta de forma activa, mientras que un 74 % es más consciente del impacto de los envoltorios de plástico. Vale la pena invertir en una sección de productos frescos llamativa pero sostenible, no solo para atraer a clientes preocupados por la salud, sino para que vuelvan de nuevo.