En el pasado, el cliente solía entrar en las tiendas en una situación de desventaja respecto a la información y tenía que confiar en el personal del establecimiento para que le ayudara a superarla. Esto era la base de un buen servicio de atención al cliente. También lo era asegurarse de que los clientes pudieran entrar y salir de la tienda de manera tan rápida y eficiente como fuera posible.
Ahora la tecnología está revolucionando la forma en que minoristas y compradores resuelven estas exigencias. Han quedado atrás los días en que un comprador entraba en un gran establecimiento minorista con una lista de la compra garabateada en un papel y mirando el local para saber a dónde ir primero. Ahora los clientes encuentran ayuda en forma de pantallas digitales interactivas, aplicaciones con información sobre productos y otras herramientas.
La tecnología también ha empezado a permitir hacer la compra de forma más rápida. La tecnología de pago sin contacto "Tap and go" permite ahorrar unos segundos preciosos en el proceso de pago. Las nuevas herramientas de trabajo del personal están llevando los puntos de venta a los compradores en tienda dondequiera que estén, eliminando las colas. Con los servicios "clic y recoger", los compradores pueden realizar un pedido online e ir a recogerlo a la tienda cuando más les convenga.
Comprar desde casa, por su parte, cada vez es más sencillo gracias a la tecnología que permite volver a pedir productos básicos casi sin esfuerzo. La tecnología también está cuestionando cada vez más el "problema logístico de la última milla" que hace que el envío a domicilio suponga un desafío.
Este informe profundiza en estas innovaciones de vanguardia, ofreciendo una visión de cómo está cambiando el proceso que seguimos a la hora de comprar. También se analiza qué cabría esperar en el futuro a medida que la revolución tecnológica en curso siga transformando la venta al por menor.