Ahora estás visitando el sitio web de Philips iluminación. Tienes una versión localizada disponible.

Una marca de

Sugerencias

    ¿Qué tiene que ver la luz con todo esto?

    La iluminación pública conectada puede contribuir a la adopción y expansión de los vehículos eléctricos

     

    El cambio climático es uno de los desafíos más importantes de nuestro presente y de nuestro futuro y los datos indican que nuestros intentos de evitarlo, hasta ahora, se están quedando cortos. De las diferentes reformas necesarias para lograr un futuro más sostenible y ecológico, una de las más relevantes es la de los vehículos eléctricos. No es de extrañar que el hecho de haber llenado nuestras carreteras de vehículos que consumen combustibles fósiles durante el último siglo haya tenido un impacto medioambiental que dista bastante de una situación ideal.

     

    De hecho, el transporte es responsable del 20-25% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) a nivel mundial y, en concreto, el transporte por carretera representa tres cuartas partes de ese total. Está claro que los vehículos eléctricos tienen que dejar de ser la excepción para convertirse en la norma.

    Coches eléctricos y la industria de la automoción

     

    Afortunadamente para la posibilidad de un futuro habitable para el ser humano, el sector automovilístico ha empezado a tomar medidas para contrarrestar y, en última instancia, eliminar su contribución a las emisiones de gases de efecto invernadero. Las ventas de Tesla han contribuido en gran medida a normalizar la titularidad de vehículos eléctricos, a pesar de su elevado precio. Quizá no tengas un Tesla, pero probablemente conozcas a alguien que sí. Tesla ha otorgado a los vehículos eléctricos un cierto grado de importancia cultural gracias, en gran parte, al polémico CEO de la compañía Elon Musk, y al culto a la personalidad que se ha desarrollado a su alrededor. Un amplio sector de la población ha aceptado que los vehículos eléctricos son el futuro.

     

    Otros fabricantes de coches también lo han hecho. La mayoría de las principales empresas automovilísticas han fijado fechas para la transición total a coches "electrificados" (baterías e híbridos) y/o coches eléctricos puros. En la lista figuran para el 2030, Bentley y para el 2050, Ford, BMW, Honda, Toyota y Volkswagen entre otros.

     

    Algunas leyes también están impulsando esta transición. A partir de 2035, la UE prohibirá la venta de coches de gasolina y gasoil para cumplir su promesa de neutralidad de emisiones de carbono en 2050. En Estados Unidos, California también está siguiendo el ejemplo.

    Si todo el mundo está de acuerdo, ¿cuál es el problema?

     

    La industria automovilística avanza en una sola dirección, pero mirándolo desde lejos, puede parecer que lo hace a un ritmo pausado.El problema principal, como siempre, es el coste. La fabricación de los coches eléctricos es más cara y, por tanto, comprarlos también cuesta más. Actualmente, su precio hace que sean demasiado caros para la mayoría de los compradores. Esto irá cambiando con el tiempo a medida que la tecnología de los coches eléctricos se desarrolle, la demanda aumente y se incremente la producción.

     

    En paralelo, también están la política y las preferencias de cada uno. A algunas personas simplemente no les gusta conducir coches eléctricos. Otros no quieren que les digan que tienen que conducir uno. En este sentido, los gobiernos ayudarán a que esto se solucione, pero no será fácil mientras la gente esté más preocupada por el tipo de radio que por cuidar del planeta.

     

    Otro de los problemas, son las estaciones de recarga o, mejor dicho, la falta de ellas. Por ejemplo, si EE.UU. quiere responder adecuadamente a la demanda de ventas prevista, el número de cargadores de vehículos eléctricos tendría que cuadruplicarse entre 2022 y 2025, y multiplicarse por más de ocho de aquí a 2030. El Comité de Cambio Climático del Reino Unido afirma que cada 100 kilómetros de carretera se necesitarán hasta 1.170 estaciones de recarga para 2030. Al ritmo actual de crecimiento, en 2032 sólo habrá una cuarta parte.

     

    Todo esto parece indicar que el alcance de la revolución de los vehículos eléctricos amenaza con sobrepasar sus posibilidades. Salvo por el hecho de que ya existe una solución rápida, cómoda, duradera y rentable que promete ayudar a alcanzar sus objetivos a corto plazo.

    El papel de la iluminación conectada

     

    El alumbrado público conectado puede contribuir a la transición hacia los vehículos eléctricos que tanto necesita el planeta. Y lo que es mejor, puede hacerlo de forma sostenible, rápida y eficiente, con una alteración mínima de los espacios públicos. Las soluciones existen y se pueden aplicar hoy, pero hasta ahora se han infrautilizado.

     

    Hay dos áreas clave en las que la iluminación conectada puede resultar fundamental. En primer lugar, liberando capacidad en la red eléctrica para satisfacer la creciente necesidad de recarga de vehículos eléctricos. En segundo lugar, ofreciendo la posibilidad de incorporar puntos de recarga en la infraestructura de alumbrado público ya existente. Los postes inteligentes de la red de alumbrado de una ciudad o municipio sirven como activos digitales públicos, añadiendo a la iluminación básica un amplio abanico de posibilidades, como los sensores ambientales, el acceso público la conexión de banda ancha y, fundamentalmente, la recarga de vehículos eléctricos.

    Liberar la red eléctrica

     

    Cuando se conectan, gestionan, supervisan y controlan adecuadamente, los sistemas de iluminación LED pueden proporcionar un ahorro energético de hasta el 80% con respecto a las alternativas convencionales. Dado que dos tercios de los puntos de luz profesionales de todo el mundo siguen sin ser LED y tampoco están conectados, el ahorro potencial de la transición a un sistema de iluminación conectado es enorme.

     

    Sólo en el sector residencial de la UE, la sustitución de los 1.700 millones de puntos de luz convencionales por LED ultraeficientes podría generar un ahorro de electricidad de 34,1 TWh al año, suficiente para cargar la friolera de 10 millones de vehículos eléctricos. Si extrapolamos estas cifras a escala mundial, resulta obvio el potencial de la iluminación conectada para influir positivamente en la implantación de los vehículos eléctricos.

    Utilizar la infraestructura existente

     

    Como se ha señalado, uno de los principales problemas del sector de los vehículos eléctricos es el de cómo desplegar el número necesario de puntos de recarga, tanto en términos de ubicación como de hacerlo de una manera que no perturbe drásticamente la vida pública, lo que casi con toda seguridad supondría la construcción desde cero del número necesario de nuevos puntos de recarga.

     

    La iluminación LED conectada resuelve cada uno de estos problemas. En primer lugar, y lo más obvio, no hay necesidad de instalar cableado subterráneo adicional, ya que los puntos de luz ya están electrificados. Tampoco es necesario instalar nuevas luminarias, pues las farolas ya están ampliamente distribuidas por las zonas urbanas. Esto permite a las ciudades evitar el coste y los inconvenientes de aprobar una serie de nuevos proyectos de construcción en toda la ciudad. Además, también es beneficioso desde el punto de vista estético, ya que evita añadir mobiliario urbano en zonas de por sí abarrotadas.

     

    De esta forma, el alumbrado público LED conectado puede ayudar a resolver el problema de la infraestructura de los puntos de carga y, al mismo tiempo, proporcionar la energía necesaria para alimentar millones de vehículos sin saturar la red eléctrica.

    No hay tiempo que perder

     

    Mientras que las soluciones para hacer frente a la emergencia climática se quedan atrapadas en los debates políticos, sus efectos ya se dejan ver en todo el mundo, y a medida que pase el tiempo, no harán más que empeorar. El número de inundaciones en todo el mundo se ha multiplicado por quince desde 1950, y el número de incendios forestales por ocho. No es un problema para las generaciones futuras: ya está aquí. Todos nosotros y, especialmente quienes tienen poder para introducir cambios, debemos afrontar esta realidad sin rodeos.

     

    Los vehículos eléctricos son el siguiente paso en lo que se refiere al transporte, con beneficios claros y significativos. Al liberar electricidad mediante el ahorro de energía y el uso de la infraestructura urbana existente, la iluminación conectada puede ayudar a derribar algunos de los obstáculos que frenan su adopción y acelerar la transición sostenible que el planeta tanto necesita.

    Sobre el autor

    Jonathan Weinert, IoT Lighting, Signify
    El galardonado escritor Jonathan Weinert ha estado investigando e informando sobre iluminación LED, iluminación inteligente e IoT desde que se unió a Signify en 2008.

    Comparte este artículo

    ¿Qué puede hacer Interact por ti?

    Síguenos en: