El Internet de las cosas (IoT) sigue penetrando el mundo del trabajo. Entre 2014 y 2019, la proporción de empresas que utilizan tecnología de IoT aumentó del 13% al 24%. Para 2023, la cantidad de dispositivos conectados en uso en todo el mundo casi se habrá triplicado desde 2018.
En la oficina, los dispositivos conectados ahora a menudo sirven como componentes de sistemas dentro de plataformas integradas que controlan los entornos de la oficina para que sean lo más amigables posible. Mientras lo hacen, estos dispositivos, equipados con sensores, recopilan datos y los transmiten a aplicaciones analíticas impulsadas por inteligencia artificial, en la que los administradores de edificios pueden utilizar para obtener información sobre cómo ejecutar mejor las cosas.
Una forma de pensar en una plataforma de construcción inteligente es como una colección de verticales: un sistema de ventilación vertical, un sistema de ventanas vertical, un sistema de calefacción vertical, un sistema de iluminación vertical. Pero en una plataforma de construcción inteligente bien diseñada, estas verticales no funcionan de forma aislada: comparten datos y pueden activarse entre sí según las condiciones detectadas o combinaciones de factores. En conjunto, un edificio inteligente bien diseñado funciona como una máquina receptiva, una máquina para la que los datos sirven como lubricante y combustible, y que los gerentes humanos pueden controlar desde un panel de control integrado accesible en una tableta u otro dispositivo similar.
Cuando se trata de lo que puede hacer un sistema tan inteligente, el cielo es el límite. Para dar solo un ejemplo, la tecnología de sensores integrados puede realizar un seguimiento de las temperaturas en varias áreas de un edificio de oficinas mientras el sol atraviesa el cielo. A medida que recibe esa información de temperatura, el sistema de ventanas puede responder en consecuencia, cerrando o abriendo las persianas según sea necesario. Al mismo tiempo, el sistema de iluminación puede responder a lo que está "escuchando" de los datos, atenuando los niveles de luz de la oficina cuando la cantidad de luz natural disponible cruza un cierto umbral. Asimismo, el sistema de calefacción puede reducir su rendimiento, evitando que un espacio con ventana se caliente demasiado y ahorrando en costes de energía.