Las nuevas tecnologías IoT/TIC y los modelos de datos y servicios asociados a ellas ofrecen un amplio abanico de posibilidades a la hora de modernizar los servicios, pero también traen consigo una gran complejidad. Por este motivo es clave establecer una hoja de ruta desde el principio para que el proyecto de iluminación inteligente siga el camino adecuado a cada necesidad. Es decir, establecer los objetivos que vayan a permitir escalar al proyecto en base a un entorno en constante cambio y actualización gracias al avance de las tecnologías relacionadas con las comunicaciones.
Es precisamente esta complejidad la que está retrasando en muchos casos la implantación de estas tecnologías. Apenas el 5% de las instalaciones de alumbrado disponen de un sistema conectado punto a punto o de regulación en grupo que permita adecuar el alumbrado a las necesidades y husos horarios. Según Northeast Group, Global LED and Smart Street Lighting (2022) se espera que para 2027 alcancen el 29%. Sin embargo, en España estamos a punto de llegar al 50% del alumbrado público con tecnología LED.