Trabajar hacia un mundo sin carbono es un imperativo, y es algo para lo que todos los seres humanos razonables deberíamos unirnos, ¿verdad?
Llevar a cabo en ciudades propuestas que reducen las emisiones de carbono también debe ser imperativo pero puede encerrar obstáculos. A veces, los esfuerzos se estancan por la colaboración entre diferentes administraciones o partes interesadas, que pueden tener sus propias agendas y formas distintas de hacer las cosas.
El rechazo de un alcalde a una iniciativa verde en respuesta a la presión de los ciudadanos que temen que pueda afectar sus intereses económicos o de privacidad puede ser frustrante, pero también es así cómo funciona la democracia representativa.
Y así pueden pasar años…
Entonces:
“¿Cómo asegurarse de que las iniciativas y decisiones sobre estos temas sucedan? ¿Cómo conseguir que sigan siendo apoyadas una vez estén en marcha independientemente del gobierno que haya?”
Dada la complicada red de intereses que entra en juego en cualquier gran iniciativa pública, puede que no haya una sola manera de hacer las cosas ni una respuesta absoluta.
Para ilustrar de lo que estamos hablando aquí tienes tres proyectos que alcanzaron el éxito en su implementación en las ciudades. Tres ejemplos de Smart Cities que lograron hacer realidad las ideas planteadas y en contraposición el por qué proyectos similares no consiguieron los mismos resultados.
En 2003, hace casi dos décadas, se aprobó en Londres la tasa de cobro a vehículos que circulan por el centro de Londres. Esta tasa es un hecho y además funciona.
La tasa recibe el nombre de“Tasa de Congestión”. Es una tarifa que se aplica a los automóviles que circulan por el centro de Londres de lunes a viernes en hora punta ,de 7 a.m a 6 p.m. El importe a pagar ronda las 11,50 libras por día.
El Ayuntamiento de Westminster y la Asociación Kennington acudieron a los tribunales para bloquearla. Sin embargo el programa contó con el apoyo de un gran número de agentes y su premisa clara y convincente hizo que al final viera la luz.
Este programa ofreció grandes beneficios para el medio ambiente y para los londinenses.
300 nuevos autobuses salieron a las calles para dar cobertura a la nueva afluencia de personas que usaban transporte público.
El programa fue bien recibido por la opinión pública según El Centro de Impacto Público y a día de hoy el gobierno de Londres planea ampliar las iniciativas de ciudades verdes inteligentes.
El programa de “tasas por congestión” de la ciudad de Nueva York se encuentra con una resistencia considerable por parte de los ciudadanos. Parte de esta reticencia puede venir provocada por la forma en la que los políticos locales y estatales han vendido el proyecto, ya que lo han hecho como una forma de generar dinero para reparar el sistema de metro de la ciudad.
Esto hace que la percepción de la ciudadanía sea que se castiga a los conductores de Manhattan por los pecados del ineficaz sistema de metro de Nueva York. Por tanto, la forma de comunicarlo cuenta.
Los políticos neoyorquinos están buscando soluciones para que sus votantes estén exentos de pagar “la tasa de congestión”, ya que las encuestas realizadas a los habitantes de la ciudad concluyen que estos preferían pagar un impuesto millonario para que se realicen las mejoras, tan necesarias, en transporte público.
Lejos de las capitales tecnológicas de las costas de los EEUU se encuentra Kansas, en Missouri. Se tiende a pensar que Kansas City es una ciudad de paso donde tomar el típico bistec americano. Lo que no se conoce es que esta ciudad se ha establecido como una de las Smart Citys estadounidense con mejor visión de futuro y que a día de hoy ha tenido una gran progresión en materia de Smart Cities.
El proyecto se lanzó en 2016 con el objetivo de convertir a Kansas en una Smart City innovadora. Esta iniciativa nace de una colaboración público-privada de 15 millones de dólares entre la ciudad de Kansas y empresas como Cisco y Sprint.
El proyecto de Kansas se ha implementado en 54 barrios/manzanas
Kansas City quería hacer una ciudad amigable para los peatones y viandantes. Quería cambiar el modelo de cultura contaminante heredado y convertirse en referente de Smart City en América Central.
Ahora tienen en proyecto ampliar la zona centro al resto de la ciudad para conseguir mejorar la calidad de vida de sus habitantes y regenerar el desarrollo económico.
Detroit regresa como ciudad después de estar mucho tiempo sumida en un modelo postindustrial de decadencia urbana.
El proyecto Luz verde de Detroit se creó con el fin de reducir la delincuencia y permitir a los agentes policiales usar cámaras remotas para vigilancia 24 horas en la ciudad y a tiempo real. El proyecto sobretodo vigila las gasolineras de la ciudad.
¿Por qué gasolineras y áreas de servicio?
Por que casi el 25 % de los crímenes violentos de Detroit tuvieron lugar cerca de las estaciones de servicio y después de las 22.00h, según los datos del año 2017.
Beneficios del proyecto Luz Verde |
El índice de criminalidad en los últimos años ha sido terrible, por lo que este proyecto se ha acogido con los brazos abiertos e incluso algunos barrios o casas quieren sumarse a él. No ha generado críticas de opinión o en los medios y son los propios ciudadanos los que instalan y poseen cámaras prestándolas a las autoridades para el proyecto Luz Verde.
El sistema transmite las imágenes que recoge pero no las archiva, lo que ayuda a proteger la privacidad de los ciudadanos. Además, las empresas que participan en el programa han instalado una luz verde brillante en las instalaciones para prevenir de que se está entrando a una zona vigilada.
En contraposición: El caso de Orlando
Recognition es un servicio de Amazon de reconocimiento facial que se implantó a modo de prueba en Orlando para ayudar a la policía con el reconocimiento de sospechosos.
Esto provocó una reacción adversa entre ciudadanos, organismos e incluso entre los empleados del propio Amazon, el socio tecnológico de la ciudad de Florida.
Tan fuertes fueron las objeciones que el proyecto fue descartado durante un tiempo, aunque a final se puso en marcha de nuevo en octubre de 2018 y 10 meses después volvió a fracasar. Los porcentajes de coincidencia eran bajos y la policía local afirmó: “El servicio de Amazon cuesta demasiado dinero y es engorroso de instalar, ya que el propio equipo de Amazon no pudo ayudar a poner en funcionamiento una transmisión en vivo confiable que pudiera ejecutarse en tiempo real”.
También es cierto que el proyecto de Orlando no es el mismo que el de Detroit. Aquí estamos hablando de imponer tecnología futurista de reconocimiento facial no de cámaras de vídeo. Además el hecho de que el socio sea Amazon es lo que ha levantado más ampollas.
La tecnología de una smart city debe representar un beneficio mutuo para el medio ambiente, los ciudadanos y la propia ciudad.
Debe ser una forma de impulsar soluciones ecológicas serias y frenar el cambio climático a tiempo.
Sí, un proyecto de ciudad inteligente puede ser difícil de llevar a cabo desde cero pero como hemos visto en los ejemplos anteriores se puede.
Lo importante
La transparencia, la aceptación de las partes interesadas y una orientación hacia la resolución de problemas específicos dentro del contexto local.
Estos son los ingredientes para aumentar el éxito de un proyecto tecnológico para una Smart City.
Las soluciones de iluminación conectadas están ayudando a convertir los espacios de trabajo industriales en lugares más seguros, saludables y productivos.
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