La sostenibilidad es una constante en todos los aspectos de la vida moderna, un imperativo moral, dada la clara evidencia del cambio climático. Para las empresas, también puede ser un factor que las diferencie en el mercado y que contribuya directamente a su rentabilidad. Las empresas que hacen de la sostenibilidad su bandera cada vez resultan más atractivas para los consumidores. Hay estudios que indican que consumidores de todas las generaciones muestran preferencia por los productos sostenibles e incluso están dispuestos a pagar precios más elevados por ellos.
Las prácticas sostenibles son especialmente importantes en el sector hotelero, dado que los hoteles suelen estar entre los tipos de edificios con mayor consumo energético. Es por ello, que hoteleros de todo el mundo ya están tomando medidas y haciendo promesas de sostenibilidad más que loables para avanzar hacia un enfoque de hoteles ecológicos. Desde la eliminación de plásticos de un solo uso hasta el empleo de soluciones de ahorro de agua e incluso la incorporación de energía solar y jardines verticales, allí donde resulte posible. Estas acciones son visibles para los clientes a través de iniciativas como el programa EcoLíderes de TripAdvisor y el sistema de puntuación de edificios ecológicos LEED.
Todos los esfuerzos por hacer que el funcionamiento sea ecológico contribuyen de manera positiva. El impacto que tiene la gestión energética sobre el ahorro de costes es máximo y uno de los más fáciles de medir. Hoy más que nunca es importantísimo reducir el consumo energético, en un momento en que los precios no hacen sino aumentar y el acceso a las fuentes de energía es restringido. Utilizar la energía con prudencia y ahorrar costes es más fácil que nunca, dadas las capacidades de los controles inteligentes, los sensores de ocupación y de la iluminación LED inteligente.