Aún así, 1,35 millones de personas fallecen en las carreteras de todo el mundo cada año, por tanto hay mucho margen de mejora en términos de seguridad. La iluminación inteligente puede ayudar a hacerlo.
Una de las formas de conseguirlo es mediante su capacidad para alojar sensores capaces de supervisar las condiciones de la carretera y otros aspectos que pueden afectar a la seguridad. En el futuro, miles de sensores integrados en miles de luminarias de las carreteras inteligentes permitirán supervisar las condiciones meteorológicas y del firme, abriendo nuevas posibilidades a la hora de ofrecer a los conductores la información que necesitan, así como para la conservación de las carreteras.
Los conductores saben desde hace tiempo que deben reducir la velocidad en carreteras que pueden estar heladas, pero la tecnología de sensores conectados podría indicarles que este puente o ese tramo de asfalto en la sombra es traicionero, no por una cuestión de sentido común, sino por datos exactos en tiempo real. Los conductores podrían adaptar la conducción en consonancia con la información.
Los sensores también pueden vigilar otros aspectos además del tiempo. Baches, vehículos parados, árboles caídos: la tecnología de iluminación inteligente tiene la capacidad de conseguir que todos estos obstáculos resulten mucho menos traicioneros, con sensores que detectan estas condiciones y envían alertas a los nodos centrales para su difusión.
La tecnología de detección de incidentes también será clave en materia de seguridad en las carreteras inteligentes. Los sensores acústicos que captan los sonidos de los accidentes de tráfico pueden, por ejemplo, servir de "oídos" in situ de los sistemas de comunicación que envían equipos de primera intervención a los lugares de los accidentes con una rapidez sin precedentes.
La iluminación inteligente también puede adaptarse a las condiciones de luz ambiental. En las noches sin luna, este tipo de alumbrado aumentará los niveles de iluminación para compensar la mayor oscuridad. Esta tecnología puede adaptarse a los niveles de luz natural del entorno para facilitar las transiciones de los conductores que entran o salen de un túnel, permitiendo que la vista del conductor se adapte con eficacia al entrar o salir de una zona más iluminada.
Y muchas más opciones. Solo estamos al principio del trabajo que la iluminación puede hacer para que la movilidad sea más sostenible y segura en las carreteras.