Dirigir con éxito un negocio enfocado al cuidado de la salud implica una serie de desafíos, que a veces entran en conflicto entre sí pero que no se pueden ignorar. El reto principal, por supuesto, es garantizar una atención adecuada al paciente que, ya en sí mismo, es un desafío complejo, dada la variedad de entornos involucrados: desde salas de examen hasta quirófanos, departamentos de radiología, habitaciones etc.
El segundo desafío es favorecer el bienestar y la eficacia de los cuidadores que trabajan las instalaciones. Necesitan contar con el entorno adecuado para llevar a cabo su trabajo diario de manera correcta, eficiente y segura.
Paralelamente, para seguir siendo competitivos y rentables, los propietarios y gestores que se ocupan del cuidado de la salud también deben encontrar formas de mejorar continuamente sus operaciones. Esto significa, entre otras cosas, mantenerse a la vanguardia de la tecnología médica y adoptar soluciones digitales que puedan agilizar el cuidado tanto como sea posible.
Esto puede parecer sorprendente para aquellas personas que no estén familiarizadas, pero la iluminación LED conectada es una de las soluciones digitales más efectivas y fáciles de implementar para mejorar la calidad de la atención de forma continua. La iluminación, tanto natural como artificial, influye en el bienestar humano desde el punto de vista visual, emocional y biológico:
- Los efectos visuales están relacionados con la cantidad y la calidad de luz, lo que influye directamente en el rendimiento del personal para llevar a cabo las tareas y en el bienestar de los pacientes, ya que se les proporciona la luz que necesitan para recuperarse y moverse con seguridad, especialmente por la noche.
- Los efectos emocionales están relacionados con la luminosidad, el color y la intensidad de la luz, que influye directamente en las sensaciones, los estados de ánimo y las experiencias subjetivas de las personas en el entorno iluminado.
- Los efectos biológicos están relacionados con los fotorreceptores no visuales ubicados en el ojo, que regulan las hormonas cortisol (hormona del estrés) y melatonina (hormona del sueño), que influyen en el reloj biológico humano.
Muchas soluciones de iluminación LED conectada están diseñadas específicamente pensando en el bienestar de las personas, ya sea visualmente a través de la calidad y cantidad de luz o a través de los ritmos circadianos con el tipo de luz (contenido espectral) que se proporciona en diferentes momentos del día y de la noche.
La iluminación debe estar allí donde estén las personas y, en las instalaciones destinadas al cuidado de la salud, esto es a menudo una propuesta 24/7/365. Por otro lado, el consumo energético y los costes relacionados en este tipo de instalaciones son significativos por lo que suponen otro reto que es imposible ignorar. En este sentido, la tecnología LED conectada también tiene un papel importante que desempeñar aquí. De hecho, el argumento de la eficiencia energética es a menudo lo suficientemente determinante como para impulsar la adopción de este tipo de soluciones.
Existe la ide preconcebida de que cambiar la iluminación a soluciones LED conectadas tiene un coste prohibitivo, pero la realidad es otra: solo con el ahorro energético, las modernizaciones de la iluminación LED pueden ofrecer un retorno de inversión (ROI) atractivo en un período de tiempo relativamente corto. Además, también se puede obtener otros beneficios y ahorros más indirectos, que, cuando no gratis, con unos costes incrementales modestos que se amortizarán una y otra vez con un personal más eficaz y con mejores resultados para los pacientes.
Puedes conocer más detalles sobre las múltiples posibilidades que ofrece la iluminación en nuestro blog.