El papel que desempeña la luz en nuestra experiencia cotidiana no puede sobrevalorarse. Se ha demostrado que la falta de luz e incluso la falta de luz adecuada interrumpen el ritmo circadiano humano, que regula el ciclo de sueño y vigilia cotidiano. Esto puede producir varios problemas de salud: estrés, privación del sueño y depresión, por nombrar solo unos pocos.